miércoles, 23 de junio de 2010

Todo pasa por algo



Hola, bienvenidos al segmento radial que titulamos:

“Cosas que no deberían pasar a la vuelta de la casa de mi vieja”

Respondiendo la pregunta de Romina de la semana pasada sobre como decirle a papá y a mamá que fuma marihuana. Te decimos, pone le huevos y comete los mocos.

En el capítulo de hoy presentamos:

Mamá me cabe la del Tapir

Un relato donde el amor esta en su máxima expresión. Y usted lo sentirá hasta lo mas profundo de su ser. Y dice así:

Yo era un pibe normal, jugaba al fútbol, me gustaban las mujeres con las que me acostaba las veces que podía y donde daba. Hasta que un día probándome ropa para ir a una fiesta de disfraces, lo encontré tirado en el placard de mama. Era azul con lunares blancos, mangas largas y delicadas como mi piel, tenia un tul divino fucsia casi transparente que lo cubría todo, largo hasta las rodillas, era precioso.

Pero cuando me lo probé, deje de ser yo. Pase de ser un pibe bien de barrio que andaba tras las polleras de todo el barrio, a ser una enana con pechos exuberantes y cara de ramera. No lo podía entender, fui corriendo llorando hasta mi mamá pero no me reconoció y me corrió por la cocina con un cuchillo a la vez que me arrojaba lo que tenía a su alcance. Pude salir a la vereda, donde mi dogo de Burdeos se encariño conmigo y me hizo el amor. Ahí fue donde mi cabeza hizo clic y entendí que era mi destino tener puesto ese vestido tan bonito y ser una enana con pechos exuberantes que sirve a los animales en celo.
Es el día de hoy que trabajo en el zoológico de Florencio Varela como amansadora de tapires y aún llevo puesto el bellísimo y delicado vestido azul de la abu.


Queridos radio-espectadores nos despedimos con una pequeña reflexión.
Reflexión: esta es una historia común, te puede pasar a vos, a mí, a él, a todos nosotros. Así que cada vez que revises el placard de tu mamá tened cuidado porque este personaje de la vida tubo suerte, vos podes terminar transformado en un político o en Lita de Lazarí o peor en Chiche Gelblum.
Ahora si nos despedimos hasta la próxima emisión de lo que titulamos:

“Cosas que no debería pasar a la vuelta de la casa de mi vieja”

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